¿Qué es una infección dentaria?

De todas las infecciones que interesan al territorio de cabeza y cuello, las de origen dental son las más comunes. Generalmente parten del diente y estructuras peridentarias, aunque en ocasiones debido a múltiples condicionantes locales y generales, pueden propagarse rápidamente a regiones anatómicas más alejadas, dando lugar desde cuadros inocuos que curan por sí mismos, hasta los incesantemente progresivos y difusos, amenazadores para la vida del paciente.

Son de extremada importancia por ser el tipo de infección más frecuente de la región cervicofacial, y por su alta prevalencia en la práctica clínica diaria, a pesar de adquirir en la actualidad los pacientes mejores hábitos de higiene bucodental e incrementar el número de revisiones odontológicas.

¿Por qué en ocasiones se disemina?

La infección se disemina a partir del diente y hueso alveolar de una forma relativamente radial; una vez que atraviesa el hueso y el periostio, la propagación por las partes blandas se ve condicionada por una serie de factores, locales y generales de cada paciente, que influyen en la diseminación del proceso infeccioso.

Factores locales: Son importantes ya que explican la localización y las vías de diseminación de la infección. Se pueden considerar los siguientes:
. Relación del ápice con las corticales y la mucosa.
. Inserciones musculares..
. Delimitación de las regiones anatómicas.
Factores generales: Se refiere al equilibrio existente entre la resistencia del organismo a la infección y la capacidad del agente microbiano para invadirlo. Dependiendo por tanto de:
. Las defensas del paciente.
. La virulencia del germen.
. La respuesta a agentes antimicrobianos

¿Qué cuadros clínicos origina?

Esta propagación o diseminación de la infección partiría de la caries y originaría los siguientes cuadros:

¿Cómo realizar un diagnóstico precoz?

Para realizar un diagnóstico lo más precoz posible, tendremos que conocer e identificar el cuadro clínico, realizar un meticuloso estudio clínico y radiológico y en ocasiones completarlo con las siguientes pruebas complementarias:

– Analítica
– Cultivo y Antibiograma
– Hemocultivo
– Serología

¿Son graves estos procesos?

La mayoría de estos procesos, evolucionan favorablemente con complicaciones mínimas, pero también pueden acarrear una grave morbilidad y hasta ser letales. Situaciones de emergencia pueden derivarse por la progresión de la infección por los distintas regiones (sublingual, submandibular, laterofaríngea) hacia las estructuras profundas del cuello. Además pueden surgir otras complicaciones tanto de vías aéreas, como del mismo proceso infecto-inflamatorio, existiendo además en las infecciones buco-maxilofaciales unas peculiaridades que las hacen en cierto modo complicadas. La clave de un pronóstico favorable reside en el diagnóstico temprano y un tratamiento correcto.

¿Existe un tratamiento eficaz y estandarizado?

No hay un tratamiento estandarizado para las infecciones buco-maxilofaciales. Este depende de la fase de la infección (periodontitis/osteítis periapical, celulitis, absceso), de la presentación clínica y de la respuesta del paciente. Existen sin embargo unos principios terapéuticos generales.
El tratamiento de las infecciones oro-maxilofaciales combina cuidados médicos, quirúrgicos y odontológicos.

Tratamiento médico: En la práctica clínica  general se asume que estas infecciones están originadas por gérmenes aerobios, mientras que los procesos abscesificados son producidos por anaerobios, aunque diversos estudios respaldan que el 90-95% son infecciones mixtas, por la simbiosis entre microorganismos aerobios y anaerobios.

En la mayoría de las ocasiones efectuemos un tratamiento empírico, en otros casos pero más trascendentes, será necesaria la ayuda del laboratorio para instaurar un tratamiento dirigido definitivo.

Los agentes antimicrobianos más empleados en Cirugía Oral y Maxilofacial son posiblemente las penicilinas de amplio espectro con efecto antibetalactamasa (amoxicilina con ácido clavulánico), siendo también de interés la clindamicina.

Otras medidas de apoyo consisten en la correcta hidratación y administración de fármacos analgésico-antiinflamatorios. La utilización de corticoides a altas dosis es un tema debatido, puesto que si bien su efecto anti-edema es beneficioso cuando existe compromiso, también puede disminuir la capacidad de defensa del paciente y favorecer la diseminación del proceso infeccioso.

Tratamiento quirúrgico: La incisión y drenaje del proceso infeccioso permitirá eliminar material purulento (pus) y descomprimir los tejidos, permitiendo mejorar la perfusión tisular, aumentar el grado de oxigenación y al mismo tiempo obtener muestra para su cultivo y antibiograma en laboratorio.

La incisión quirúrgica debe ser suficiente, práctica y estética. Siempre que sea posible se intentará un abordaje intraoral. Cuando la incisión sea necesariamente cutánea debe seguir los pliegues naturales de la cara y del cuello, respetando a su vez las estructuras anatómicas. Especial atención se tendrá con el nervio mentoniano, vasos palatinos, y conducto de Stenon  en incisiones intraorales; y con el nervio facial (rama marginal sobre todo), vasos faciales y conducto de Stenon si es extraoral.  Con el fin de evitar el cierre precoz de la herida se coloca un drenaje fijado con suturas, que se mantendrá mientras se observe supuración.
Tratamiento odontológico: Consiste en la apertura cameral u exodoncia habitualmente, con ello se consigue la descompresión y drenaje, junto con la eliminación del diente causal.

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